Calamaro, ¡qué bueno que viniste!

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El cantante argentino deleitó a sus incondicionales con un concierto que se alargó casi tres horas en el CAAC.

Testigo directo: Fernando Chacón

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Andrés Calamaro, durante un momento de su actuación.

La noche era perfecta en el Monasterio de la Cartuja. Ni frío ni calor. Aunque la temperatura fue en aumento conforme se acercaba el momento en el que el maestro Andrés (Calamaro) ‘saltó’ al escenario para regocijo de sus hinchas, entre los que me incluyo. Recordemos que Calamaro, como buen argentino, es un amante ferviente del fútbol y un discípulo más del ’10’ -que no es Messi- sino Diego Armando ‘el Pelusa’ Maradona, al que le dedicó más que una canción, un himno.

Y Andrés apareció ante sus incondicionales, que lo recibieron con vítores. Calamaro es más que un cantante; es un fenómeno de masas. En las primeras filas se concentraban compatriotas con banderas y camisetas de Argentina. Por momentos, pareciera que estábamos en la Bombonera de Boca o el Monumental de Ríver. Cuando comenzó a cantar ‘Crímenes perfectos’, todo el público -sentado hasta casi el final del concierto- comenzó a corear la canción… Y poco después ‘Estadio Azteca’ (donde Argentina ganó el Mundial 86), ‘Algo contigo’, ‘La Parte de Adelante’ para éxtasis del personal congregado. Teníamos delante al ídolo y éste lo dio todo desde el minuto 1 al 90, más el descuento…Todos sentados, porque esta vez el protocolo así lo exigía, pero entregados.

La primera vez que vi a Calamaro fue hace cinco años en el Festival Internacional de la Guitarra de Córdoba y de allí salió esta crónica. El gran escenario del Teatro de La Axerquía acogió al bonaerense que, ya sea por el calor (50 grados aquel 7 de julio, San Fermín) o por lo que fuera, no era el mismo que nos ha visitado en Sevilla. Y eso que, al principio, pareció renquear un poco… Temí que repitiera el espectáculo de 2011, pero no fue así.

Elegante con traje negro y camisa blanca sin corbata, emergió un gigante, que fue de menos a más. Estaba a gusto en la cancha y con esos hinchas que lo aclamaban sin descanso. Hizo continuas referencias a Sevilla y a sus toreros “José Morante de la Puebla, el gran Curro Romero, que tiene estatua y todo; Joselito El Gallo…”. Es conocida la afición de Calamaro a los toros. No en vano tiene una canción titulada ‘Media verónica’, que escenificó y cantó casi al final del concierto.

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Calamaro, bien acompañado por grandes músicos, durante su concierto el pasado jueves en el CAAC.

Lo de Calamaro el jueves fue un RECITAL, con mayúsculas. Durante la primera parte, cantó las canciones de su último trabajo ‘Romaphonic Sessions’. Y así sonaron ‘Garúa’; ‘Nueva zamba para mi tierra’; ‘Mi enfermedad’; ‘Biromes y servilletas’; ‘Milonga del trovador’; ‘Los aviones’; ‘Siete segundos/El día que me quieras’; ‘Soledad’… Casi todas las canciones del album. Sólo una parte de su grandísimo repertorio. Por medio, la romántica ‘Algo contigo’… Recordemos que en aquel fértil disco titulado ‘El salmón’, soprendió a propios y extraños sacando de una tacada cinco CDs. Así que el bueno de Andrés tiene canciones como para haberse pasado toda la noche cantando. Y podría casi asegurar que todos con él.

Tras cantar sus canciones más cercanas en el tiempo, llegó el momento de retroceder hasta el pasado y a su etapa en Los Rodríguez, ‘Para no olvidar’, ‘Milonga del Marinero y el Capitán’, ‘Me estás atrapando otra vez’, ‘Cuando te conocí’, ‘Mi enfermedad’, que enamoraron al público.

El concierto daba más de sí. Porque a Calamaro le gusta interactuar y por eso tuvo tiempo hasta para bromear… Así se acercó a uno de sus músicos de Córdoba (Argentina), a la que describió como “la Andalucía española. ‘Esos tienen arte…”. Y más tarde, volvió a parar para hacer una referencia al lugar donde estaban alojados. “Estamos metidos en un hotel que está dentro de un campo de fútbol, ¡pero está vacío. No hay nadie! Lo mejor de todo es que las habitaciones dan todas a la cancha, donde no hay ni palos. Uno se queda mirando desde la cama un partido que nunca se va a dar”. Carcajadas del público, en sintonía con el genial músico argentino.

Pero él siguió a lo suyo, cantar. Así hasta que decidimos que ya estaba bien de estar sentados… La gente se hizo paso entre las sillas y se adelantó hasta el escenario. Todo el mundo en pie y cerca del genio. ¡Momentazo! Sonaron ‘Media verónica’, para satisfacción de una hincha local que no paró de pedirla en todo el encuentro; ‘Paloma’… Y ‘La Flaca’, para morir con él. Todo adornado con los quejíos y adornes flamencos, tan del gusto de Andrés.

Y así finalizó su RECITAL. El romance de Calamaro con Sevilla. Ese cantante que lo mismo te hace reír que llorar, con las letras de sus canciones. Con sus guiños al tango y a su Carlos Gardel querido… Un tipo diferente, único. De honestidad brutal. Con una personalidad arrolladora en lo alto de un escenario. Hace que desde abajo veas la vida de otra forma. Qué disfrutes de un momento especial, que se nos ha quedado en la retina y en los corazones de los que volvimos a ver a Andrés Calamaro. O de quienes tuvieron la dicha de verlo por vez primera… Más que un cantante, un cantor argentino. Contemporáneo de Gardel. Por Sevilla pasó como los aviones un GRANDE de la música. Por más que pasen los años… ¡Te quiero igual!

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