Festival Interestelar Sevilla 2023
Redactor: Fernando Chacón
Fotografía: mrblue_art
1. Un cartel interestelar |
2. Vetusta y Lori Meyers |
3. La fiesta de la música |
Interestelar Sevilla ya es un referente de la música en el Sur de España. El festival se consolida después de siete ediciones. Los números así lo dicen: 40.000 personas llenaron el recinto de los exteriores del Monasterio de Santa María de las Cuevas, en la Isla de la Cartuja. En dos jornadas, especialmente la segunda, la no tan verde pradera del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (la falta de lluvia se nota) se llenó de un público deseoso de escuchar música en directo. Cantó, bailó y rio. ¡Interestelar ha sido una fiesta de la música!

Gran culpa de este éxito -más allá de los ‘interestelares’ que acudieron al evento- la tienen los organizadores del festival que diseñaron un cartel con nombres que ‘enganchan’. Como ya decíamos en la previa, ‘Interestelar apostó a caballo ganador’ con Vetusta Morla, como cabeza de cartel, acompañados de Lori Meyers, Iván Ferreiro, Viva Suecia, o La Casa Azul.
Esos nombres hicieron que se agotaran los abonos y las entradas en un tiempo récord. No es tan difícil. Si te traes a varios referentes de la música ‘indie’ en España, aseguras el lleno. Pero hay que hacerlo, y ahí reside el mérito. En este caso, los nostálgicos del extinguido ‘Territorios’ se siguen notando. Más de la mitad de los asistentes no se tuvieron que mover de Sevilla y demandan un gran festival que incluya caras internacionales. El resto del público vino de otras provincias de Andalucía, de Madrid, Barcelona y Valencia, principalmente. Más mujeres (55%) que hombres (45%). Pero bueno, esto es un simple reflejo de la sociedad. Ellas nos superan en número… y en otras cosas, también.
Un cartel interestelar

Lo que no queda ninguna duda es que los ‘interestelares’ acudieron a Sevilla para ver primero a Vetusta Morla, a Lori Meyers, y después al resto, con todos mis respetos a todos los músicos participantes. Por cierto, hay que agradecer a quienes confeccionan el cartel que den un espacio y un escenario a artistas, quizás menos conocidos, pero quién sabe en un futuro si llenan como ahora lo hacen los murcianos Second y Viva Suecia, por poner dos ejemplos significativos. Dos bandas que han comprobado delante de sus ojos cómo ha ido creciendo notablemente el público que los ha ido a ver, a medida que el festival ha ido cumpliendo años. Este año no ha sido una excepción.
En ese ‘resto’ hay que destacar a otro músico que nunca defrauda: el incombustible (aunque ya esa barba y pelo blanco delatan los años) Iván Ferreiro, con su sintetizador y un repertorio de canciones maravillosas (‘Turnedo’ y ‘Años 80’ son auténticos himnos), que te dejan el corazón helado y enamorado a la vez. Único.

Después de los ‘Lori’ aterrizaron como de otra galaxia unos chicos que se hacen llamar ‘La Casa Azul’ y que, a mi humilde entender, fueron el concierto-espectáculo del festival. Casi los mismos que vieron a los ‘granaínos’ se quedaron en el escenario Johny-Walker, disfrutaron y saltaron como si no hubiera un mañana -doy fe- de canciones como ‘La Revolución Sexual’ o ‘Podría Ser Peor’ (dos himnos del grupo barcelonés).
Algunos se fueron a cenar, los menos, y otros se desplazaron al espacio más galáctico del recinto de Interestelar: el AstroClub que, por cierto, demostró tener a una pila de seguidores bailando al ritmo de la desenfrenada música que ofrecían los DJs. Había para todos los gustos. Y algunos y algunas estaban más ‘subidos’ que el propio sonido.
Vetusta Morla y Lori Meyers
Pero dentro de esos gustos, Vetusta Morla y Lori Meyers se llevan la palma. Los madrileños y los andaluces rompen la baraja. Unos el sábado y otros el viernes. Arrasaron ambos. Lo de Vetusta no tiene explicación. En la edición de 2019, la pre-pandémica- fueron como Julio César: ‘vini, vidi, vinci’. Y colapsaron, literal, el recinto. Este pasado fin de semana volvieron a hacer lo mismo. Y si repiten el año que viene o el otro, volverá a pasar.

Los ganadores de dos premios Grammy de la música latina por los discos ‘Mismo Sitio. Distinto Lugar’ y ‘Cable a Tierra’, aparcaron la sed -y eso que las barras funcionaron sin descanso y sin excesivas aglomeraciones- hasta terminar su espectacular concierto. Y es que la banda que lidera el carismático ‘Pucho’ tiene en su poder un ‘ventilador-imán’ que atrae todo lo bueno y despega lo malo. Es aparecer en el escenario y la sonrisa se apodera de las caras, y los ojos se iluminan. ¡Es fantástico! Parece magia.
Vetusta hizo un repaso por lo mejor de su discografía -que no es poco- y así sonaron: ‘Golpe maestro’; ‘Cuarteles de invierno’; ‘Maldita dulzura’; ‘Consejo de sabios’; ‘Valiente’; ‘Fuego’; ‘La deriva’; ‘Sálvese quien pueda’; ‘El hombre del saco’… y como no, probablemente, la canción que más quieren y tararean sus fans: la maravillosa ‘Copenhague’. Esa letra y esa música es siempre un punto de inflexión en sus conciertos. Un antes y un después. El final del espectáculo llegó con un clásico con el que los madrileños suelen terminar la fiesta: ‘Los días raros’.

Por su parte, otros que nunca defraudan y que tienen una legión de ‘fanáticos’ es Lori Meyers. Da igual que actuaran, ‘mismo sitio, distinta fecha’, el año pasado en Sevilla (igual que Vetusta en el Estadio de La Cartuja), la gente va a verlos en peregrinación. Y es que si carismático es ‘Pucho’, no digamos ‘Noni’. ¡Qué barbaridad! Lo da todo en sus ‘directos’ y, claro, el público se vuelve absolutamente loco. Los de Loja son otro gran referente de la música independiente en España, y como Vetusta, tienen una amplia discografía con temas icónicos (esto no es un guiño a lo que se nos viene, o tal vez sí) como ‘Emborracharme’ o ‘Mi realidad’, dos de sus grandes himnos. ¡Un subidón de adrenalina! Personalmente, esos dos temas son los que siempre quiero que lleguen cuando voy a sus conciertos. Te dan la vida. Aparte, sonaron ‘Siempre brilla el sol’; ‘El tiempo pasará’; ‘Luces de neón’; ‘Luciérnagas y mariposas’; ‘Evolución’… para finalizar “¡qué se caiga Sevilla!” con la mencionada ‘Mi realidad’, que provocó la locura absoluta.
La fiesta de la música
Ha sido un Interestelar Sevilla festivo, donde la normalidad se hizo presente tras los años raros y horribles por obra y gracia de un puto bicho que dejó demasiadas vidas en el camino. Ha sido una fiesta, pero no del todo. Son siete ediciones. Es un festival joven y tiene margen de mejora.

Hubo cosas buenas: el sonido, impresionante; la ampliación de las barras ha desahogado el recinto, y colocar pantallas gigantes en uno de los escenarios principales (faltó el otro), ha sido un acierto. Sin embargo, la gente se quejaba de varias cosas: los baños de las chicas, pequeños y colapsados; la falta de lugares para descansar. Hablamos de muchos conciertos en dos días y hay un público diverso: muy joven, menos joven y como me gusta decir a los que ya hemos rebasado una línea de edad, ‘adultecentes’. No estaría mal que tuvieran en cuenta a los que no tenemos ni 16 ni 20 años, que son como muelles. Juventud…
También hay que tener en cuenta a los niños, que han ido aumentando su presencia, acompañados de sus padres y personas adultas. Y por último: los elevados precios de las bebidas. Los alrededores del recinto (especialmente frente al World Trade Center) se convirtieron en un botellódromo. La gente se sigue quejando de los precios: seis y once euros, respectivamente, por una cerveza pequeña y otra grande, está fuera de mercado. Cargar una pulsera requería un presupuesto. Pero es negocio, y aquí son los organizadores los que tienen la última palabra.
La (última palabra) de esta crónica está dedicada a la música y a la vida. Así es como titulé hace diez años -no existía Interestelar- un artículo que tengo por ahí perdido en un blog, y que aprovecho para compartirlo con vosotros: ‘La música es vida’. Interestelar Sevilla ha contribuido notablemente a dar vida a través de la música, en dos jornadas espectaculares. Ya hay fecha para la próxima ‘misión’: 17 y 18 de mayo de 2024.
Hasta entonces… ¡seguid disfrutando de la música!