Charo Jiménez, escritora: “Con Trampantojo me siento muy expuesta, pero lo necesitaba”

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Participa con su primera novela, Trampantojo, dentro de la Feria del Libro de Sevilla, que da comienzo hoy

Entrevista de Fernando Chacón

A Charo Jiménez (Sevilla, 1961) la conocí hace unos meses tras una charla a la que me invitó Triskel Ediciones para hablar de Periodismo cultural, junto a dos compañeros de profesión. Después, ya en un ambiente más distendido, tuve la oportunidad de charlar con ella y con su marido, Víctor. Me hablaron con entusiasmo de ‘Trampantojo’, la primera novela de Charo, publicada precisamente por Triskel a finales de 2015. La generación de los 60 se sentirá muy identificada con esta historia, en parte autobiográfica. Charo ha sido profesora durante más de 20 años y tras este largo periplo por la docencia, decidió lanzarse a escribir.  La Feria del Libro, que se inaugura hoy, es un buen escaparate al que mira “ilusionada y expectante”.

Las 2 sevillas (L2S): Trampantojo. Qué vocablo para su primera novela…

Charo Jiménez (CH.J.): Pues buscaba un título que llamara la atención y picara un poco la curiosidad del lector, y la palabra Trampantojo me gustó desde siempre. Me suena bien y es potente. En realidad, era una de las pocas cosas que tuve clara desde muy al principio y encajaba perfectamente con la historia que quería contar.

L2S: ¿Para usted la vida es un poco así, una ilusión óptica que nos esconde la realidad?

CH.J.: Sí, esa es la idea. La vida, como se dice en la novela, es una ilusión con la que quieren engañarnos, confundirnos, haciéndonos ver, o creer, lo que no es. Argucias, malentendidos, lecturas múltiples, o, simplemente, ambigüedades, verdades a medias que pueden llegar a tener consecuencias drásticas como en el caso de Teresa e Irene, las protagonistas de esta novela. Sucesos que no buscas pero que en un momento determinado quiebran tu realidad, tus creencias, las relaciones que sientes como pilares importantes de tu mundo; sucesos, en definitiva, que te cambian la vida. En fin, me gusta compararla con un caleidoscopio, formas cambiantes, depende de cómo se mire; todo es tan relativo…Aunque ya se sabe, lo esencial es invisible para los ojos. Hay que aprender a ver lo que se esconde detrás.

L2S: En esta historia concurren un montón de personajes, hay contínuas idas y venidas del pasado al presente y vuelta atrás. ¿Da para tanto una traición?

CH.J.: Jajaja, pues eso parece. La traición y la culpa son temas centrales en la historia de la literatura. Recordemos a Dante o a Dostoievski, por poner un par de ejemplos. Es un sentimiento universal que nos marca como personas y como sociedad, desde las cosas más insignificantes hasta las más relevantes. Cada uno reacciona a su manera. Puedes plantarle cara, puedes machacarte hasta perder la cordura, expiarla o encerrarla bajo siete llaves, pero es difícil zafarse. Me interesan todas esas manifestaciones y la manera en la que los personajes la gestionan e intentan sobrevivir. Sí, creo que da mucho juego.

L2S: Qué hay de realidad y ficción en Trampantojo.

CH.J.: Mucho de ambas. Las vivencias están ahí y la imaginación también. Siempre mezcladas. Me siento muy expuesta, pero lo necesitaba. Escribir esta historia, en parte autobiográfica, ha supuesto una catarsis total. Pero, como digo, hay mucho de invención, de juego, es un cóctel pero siempre desde la verdad literaria.

L2S: El libro refleja una generación y una época en la vida que dista mucho del momento presente. O no tanto…

CH.J.: Como ha comentado antes la historia tiene sus idas y venidas en el tiempo. Ésa era otra cuestión que tuve clara desde el principio. La narración no seguiría una estructura lineal, sino que, por el contrario, el orden cronológico sufriría modificaciones, siempre cuidando que el lector se sintiera cómodo y no se perdiera. Esto me preocupaba un poco porque buscaba encontrar un equilibrio entre la claridad del relato y la tensión narrativa que quería mantener hasta el final.

Por tanto nos movemos en unos años que van desde los sesenta hasta la actualidad. He intentado reflejar los cambios de la sociedad, de la manera de entender la vida y las relaciones, de la mano de esos personajes que cambian y evolucionan, que se transforman por fuera y por dentro. Y sí, las cosas han cambiado mucho, la manera de vivir las relaciones los jóvenes, la diversión, el acceso al mundo laboral, las relaciones padres-hijos… Pero los sentimientos, eso, creo que es atemporal.

Si pensamos en personajes como Madame Bovary, por ejemplo, la desdichada esposa infiel que se desespera por huir de la monotonía burguesa a la que está encadenada, pues nada tiene que ver con nuestra época actual. Y sin embargo, su frustración, su ambición, sus pasiones, su hastío, su locura, nos arañan como si la que sufriera hasta el punto de quitarse la vida por ese sentimiento de culpa del que hablábamos antes, fuera una mujer de nuestra época.

L2S: Lo decía porque existen temas atemporales y universales como el amor, la culpa, el dolor, el miedo…

CH.J.: Creo que me he adelantado a esta pregunta, jajaja.

L2S: Y en medio de tanto revuelo y cambios, el sentido del humor siempre presente…

CH.J.: Creo que la historia desprende más esperanza que otra cosa; se cuentan experiencias duras pero los personajes recorren su camino dándonos un mensaje positivo, de valentía y superación. Y por supuesto, el humor -esencial para adaptarnos a los conflictos y salir airosos de ellos- está muy presente; yo diría que es casi un personaje más, al menos así lo sentí mientras escribía. César, un personaje nada secundario como en un principio podría parecer, me hizo reír mucho y me encanta que los lectores se lo pasen tan bien con él. Al fin y al cabo la risa es la mejor de las medicinas, el ejercicio más eficaz para la salud.

L2S: Si me permite, me ha llamado la atención una escena en el libro. En esos ’60 donde el sexo era un tema, digamos, tabú, y más en un colegio de monjas… Años después, ese balcón en Roma… El momento más erótico vivido por Elena. ¿Por qué se detiene justo ahí y en este personaje?

CH.J.: (Risas). En efecto es una escena que ha sorprendido y gustado a partes iguales. El sexo en los 60…, Sí, claro, tabú, simplemente no se hablaba ni con los amigos. Pero que yo sepa se ha practicado siempre, jajaja. Bueno, el caso es que tenemos a una joven, Elena, que es mucha Elena y a su no tan joven pareja, Ferdinand, un artista; y ese viaje, esa ventana, esa luna, ese olor a recién duchada… En realidad fue ella la que me pidió que lo contara, jajaja. Y aunque el resultado es bastante explícito, espero haber logrado una descripción sutil, una pincelada delicada.

L2S: Si a los lectores les ha gustado es que lo ha conseguido… ¿Es más fácil escribir sobre lo conocido que sobre lo que no se conoce?

CH.J.: No sé si más fácil pero sí que te sientes más seguro.

L2S: ¿Qué ha supuesto para usted en lo personal reescribir parte de la historia de su vida. Se reconoce en ella?

CH.J.: Ha supuesto un… Cómo lo diría, casi plantar mis vísceras en una mesa de quirófano y analizarlas concienzudamente, jajaja. Una labor de introspección, a veces dolorosa pero muy reconfortante. Como he dicho antes, hay mucho de ficción; mis personajes, realmente, me han llevado por donde ellos querían.

L2S: ¿Y qué le han dicho sus amigos?

CH.J.: Cuando me decidí, por fin, a escribir la novela no soñaba más que con eso, escribirla. Han sido mi familia y amigos, esos que te quieren bien y conocen tus miedos e inseguridades, los que me han animado y, prácticamente, empujado a publicar. Así que no puedo menos que sentirme feliz porque mi historia les ha hecho emocionarse y confiar en mí.

L2S: Dentro de unos días, el 5 de mayo, va a firmar ejemplares en la Feria del Libro de Sevilla. Momento de encontrarse con los lectores… ¿Nerviosa?

CH.J.: No. ¡Ilusionada y expectante!. Es un sueño hecho realidad. La semana pasada, precisamente el día 23, hizo un año que terminé de escribir Trampantojo. ¿Quién me iba a decir entonces que estaría viviendo todo esto?

L2S: Por cierto, ¿cómo está funcionando Trampantojo, qué respuesta está teniendo entre el público?

CH.J.: La acogida está siendo muy buena. Estoy satisfecha. Me siento recompensada, la gente es muy generosa conmigo. Cuando se te acerca alguien y te dice: “He reído, he llorado, he revivido tantas cosas…”. Uff, es un auténtico subidón.

L2S: Para una Licenciada en Filología Hispánica… ¿Escribir es el mejor retiro posible?

CH.J.: Tras unos años complicados en los que te ves forzada a gestionar una situación con la que no contabas, ahora sí, feliz en mi rinconcito.

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Charo Jiménez, junto al editor de Triskel, Rafael Velis, el día de la presentación de ‘Trampantojo’.

L2S: Como escritora novel… ¿Encontró muchas dificultades para publicar?

CH.J.: No. He tenido mucha suerte. Todo fue rodado gracias a Triskel. Les envié el manuscrito en agosto del año pasado y un correo de una medianoche del mes de septiembre fue el principio de una experiencia maravillosa gracias a que Rafael Velis apostó por mí.

L2S: …Y su encuentro con Triskel

CH.J.: Muy gratificante. Rafael Velis y Pablo Campos son dos Quijotes y dos Sanchos al mismo tiempo. Admiro su labor, su lucha constante y cómo nos acompañan en todo el proceso.

L2S: Después de Trampantojo, ¿a qué se enfrenta?

CH.J: Pues a mi próxima novela, empezada ya, sobre una historia muy diferente que me tiene atrapada y muy ilusionada.

Charo Jiménez en la Feria del Libro de Sevilla

Conoce más sobre ‘Trampantojo’

LA AUTORA

Charo Jiménez (Sevilla, 1961), licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, ha sido profesora durante más de 20 años en diversos colegios e institutos públicos de su ciudad y provincia.

En palabras de la autora, parafraseando a Julio Cortázar: “la literatura y yo andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”.

Trampantojo es su primera novela. Actualmente trabaja en su segundo proyecto.

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