Sabina, el poeta superviviente

Foto del autor

Testigo directo: Fernando Chacón

El cantante jiennense, Joaquín Sabina, ofreció en Sevilla un grandioso espectáculo y un concierto inolvidable, en la gira de presentación de su nuevo disco, ‘Lo niego todo’. Tras ocho años sin grabar, el músico consiguió que el público se olvidara de la ola de calor durante dos horas.

Joaquín Sabina, en la pantalla central del escenario dispuesto en el escenario del Estadio de La Cartuja.

10,15 de la noche. Más de 35 grados en el Estadio de La Cartuja, lo más parecido a un horno. La ola de calor que azota la ciudad desde hace una semana, pesa.

Se apagan las luces y comienza un concierto inolvidable de Joaquín Sabina, quien presentaba en Sevilla su nuevo disco, ‘Lo niego todo’.

El recuerdo a Chabela Vargas, presente.

Puesta en escena digna de un show de los Rolling Stones. Una pantalla gigante en el centro, con dos laterales a ambos lados y otras dos en los extremos.

Un collage con recortes de prensa mencionando al cantante de Úbeda con diversos titulares contravertidos y un final que dice: “Lo niego todo”. Una brillante y original antesala al esperadísimo regreso de un músico veterano, que llevaba mucho tiempo sin subirse a un escenario.

Y cuando el estadio resoplaba y pedía a gritos una manguera de agua, apareció en escena Joaquín Sabina. Ovación. Entusiasmo. Ganas de escucharle, no sólo de oírle cantar.

Y el poeta de la lengua muy larga tras abrir el concierto con su primera canción, dice con voz grave y ronca: “Buenas noches. En mi contrato decía que en Sevilla refresca por las noches”. Risas del público… Para a continuación rematar con una frase que quedará en los registros… “Pero esta ciudad tiene algo tan especial… que hasta el sudor huele a Chanel número 5”. Sabina, el seductor.

A partir de ahí, el músico ya tenía enamorado a los más de 10.000 incondicionales que lo miraban de modo mesiánico. Cada canción, cada comentario, suponía una ovación. La grada, a sus pies. Y él sonreía, agradecido y complacido.

El cantante abrió el espectáculo con las canciones de su nuevo disco, Lo niego todo, que ha contado con la producción artística de Leiva, al que veremos este viernes en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC).

Un álbum con 12 muy buenas canciones ‘made in Sabina’, con el amor y el desamor, y sus entresijos, por bandera. Comenzando por la que da nombre a su nuevo trabajo, ‘Lo niego todo’. Súmenle ‘Postdata’, ‘Lágrimas de mármol’ (muy Leiva), ‘Por delicadeza’, que canta junto al ex de Pereza; o un prodigio flamenco, ‘Churumbelas’, que hizo bailar a un estadio, que no podía permanecer sentado.

En la mejor compañía

Sabina estuvo muy bien acompañado por Marita.

Sabina no llegó a Sevilla solo. Vino muy bien acompañado, con una banda de grandísimos músicos. Entre ellos, no podía ser de otra forma, dos mujeres; una con la guitarra y la otra con un prodigio de voz y arte.

Mención especial para Marita… Más de uno no perdía de vista las pantallas gigantes cuando aparecía. Ataviada con un vestido negro ceñido al cuerpo, enamoró por su voz y su seguridad sobre el escenario. Y por otros encantos…

Mujer de rompe y rasga, como le gustan a Sabina. De las que dejan huella, también en el cuerpo. La mujer de negro de la que medio estadio estaba pendiente.

Sabina, como decía, no estaba solo. Por supuesto con él, su inseparable Pancho Varona, uno de los mejores guitarristas que existen en el planeta música y que interpretó ‘Conductores suicidas’. “Con él he estado el doble de tiempo del que he estado con cualquier mujer”, ironizó el cantante de Úbeda.

Casi en cada canción, el cantante se paraba para contar algo. En ese momento, los oídos se abrían como compuertas. Era tan interesante oírle cantar, como escucharle hablar. Y todos teníamos ganas del poeta.

Sacó alguna de las mejores canciones de su repertorio, de ayer. Sonó ‘Por el bulevar…’ y su Chabela Vargas, con la que apareció en un montaje de fondo cuando Sabina era joven, muy joven.

Y a partir de ahí y hasta el final del espectacúlo salió el Sabina más romántico; con canciones que son más que música… Por citar algunas, ‘Cerrado por derribo’; ’19 días y 500 noches’; ‘Noches de boda’; ‘Y nos dieron las diez’; ‘Princesa’; o ‘Contigo’, con la que remató una faena redonda, porque “Y morirme contigo, si te matas. Y matarme contigo, si te mueres. Porque el amor cuando no duele mata… Porque amores que matan, nunca mueren”.

El Sabina ‘mayor’, el poeta superviviente y de voz ronca es como el buen vino, que mejora con los años. Y después de un concierto como el ofrecido en el Estado de La Cartuja, hay que decirle alto y claro: Maestro, todavía no es el momento. Sabina, no te cortes la coleta. Y síguenos haciendo disfrutar eternamente desde el escenario. Show must go on. ¡Gracias y olé, maestro!

 

 

Deja un comentario