Este fin de semana, hemos asistido a la representación de la obra que obtuvo el Premio Max al Mejor Espectáculo de Teatro de 2015, ‘Cuando deje de llover’. Una pieza que pone sobre el escenario temas tan duros como el Alzheimer, el abandono, el dolor, la destrucción… Y también la esperanza del amor. Una puesta en escena original y brillante donde se entremezclan los personajes de una misma familia a lo largo de diferentes generaciones. Una historia desgarradora que hace profundizar al espectador en las dificultades de las relaciones entre padres e hijos y viceversa. Un viaje al dolor del pasado para entender el presente y el futuro.

Texto: Fernando Chacón
La lluvia ensombrece, no deja ver bien la realidad. 9 personajes aparecen en el escenario ataviados con paraguas y ropas para resguardarse. La luz es oscura y el crepitar del agua se oye con nitidez. De, repente, deja de llover y un pez cae del cielo. Es el alimento -la sopa de pescado- para una familia desarraigada, desorientada y enfrentada a su presente y a su futuro a través de un doloroso pasado. Contínuas idas y venidas de un tiempo a otro y apariciones de los personajes en diferentes edades. Se crea una deliberada confusión en el espectador. Una misma familia que se mueve entre Londres y Australia, pasado y presente en sus vidas, desde mediados del siglo XX a bien avanzado el XXI. Hasta que un accidente de tráfico empieza a aportar luz.
Una trama que tiene un trasfondo gris y oscuro. La dureza de una enfermedad como el Alzheimer que hace que perdamos la memoria, nuestros recuerdos… Nuestra vida se vuelve sin sentido. Le ocurre a las dos madres protagonistas de esta dura historia, que nos hace reflexionar sobre la compleja relación entre padres e hijos. “Qué crueles son los padres”. “Qué crueles son los hijos”. La enorme dificultad de entenderse y comunicarse en diferentes momentos de sus vidas. No es lo mismo ser joven que ser adulto. La vida se percibe de manera distinta. Pero uno pasa primero por una etapa para llegar hasta la última. De esa falta de entendimiento surge el abandono y el dolor. Cada uno está en su lugar y no se mueve de el. Ese no ceder por parte y parte, lleva a la incomunicación, la destrucción. Y a pesar de que se quiere odiar, no se puede. El perdón da paso al amor que, al final, lo puede todo. Sin embargo, la huella ha quedado ahí, en las vidas de estos personajes. Los errores del pasado tienen su reflejo en el futuro.
Soberbio el reparto, con una Gabriela en edad adulta, interpretada de forma magistral por Susi Sánchez, que se lleva casi todos los focos. Aunque también me llegó el papel de su abnegado marido, Joe Ryan, que encarna Felipe G. Vélez, y que sufre en primera persona el Alzheimer de su mujer. Sin olvidar la iluminación, la ambientación y el sonido.
La relación entre padres e hijos, que trata la obra, vive su momento de actualidad en nuestro tiempo presente, cuando la crisis económica y la falta de trabajo ha obligado a muchos hijos a retornar a casa de sus padres. (No en vano esta obra fue escrita en 2008, justo el año en que arranca la crisis). Y no es lo mismo esa relación 20 años atrás que en el momento presente. Las personas ya no son las mismas. Los jóvenes y los mayores miran a la vida desde una perspectiva, incluso, opuesta. Sin embargo, hijos y padres están obligados de alguna forma a entenderse, aunque esto no siempre suceda. ‘Cuando deje de llover’ es un drama intenso, que ahonda en las dificultades y la complejidad de las relaciones paterno-filiales. Pero, al final, hay esperanza. Se cede. Porque se quiere conocer al otro, porque se le quiere entender. Porque explica nuestro origen, por qué somos y actuamos de un modo u otro. Y porque al final el Amor todo lo puede… Cuando deje de llover.
Sobre la obra
Escrita por el autor australiano Andrew Bovell, en 2008. Fue originalmente una producción de Brink Productions Australia en colaboración con el escenógrafo Hossein Valamanesh. Se estrenó en el Scott Theater de Adelaida (Australia), con gran éxito de crítica y público. La obra ha recibido numerosos premios internacionales.
La primera vez que se monta en España ya ha sido galardonada con tres premios Max: Mejor Dirección de Escena, Julian Fuentes Reta; Mejor Actriz de Reparto, Susi Sánchez; Mejor Espectáculo de Teatro. También ha recibido los premios de la Unión de Actores a la Mejor Actriz y al Mejor Actor Secundarios, Susi Sánchez y Jorge Muriel. Y Mejores Actores de Reparto, Susi Sánchez y Felipe García Vélez.