Enrique Bunbury inicia esta semana nueva gira en España, ‘Mutaciones Tour 2016’, que le llevará hasta el Festival No Sin Música de Cádiz, el 23 de julio. El músico zaragozano acaba de grabar su primer Unplugged para la MTV, celebrando 30 años en la profesión.
Testigo directo: Fernando Chacón
Enrique Bunbury fue el primer artista en confirmar su presencia en la cuarta edición de ‘No Sin Música. Festival de Cádiz’.
Un certamen que pide paso y que cuenta con un cartel estelar dentro de la música más indie. Entre ellos, el músico nacido en Zaragoza y que reside desde hace años en Los Ángeles.
Regresa el ‘Extranjero’, apenas año y medio después de anunciar su despedida de los escenarios. ¡Cómo canta Bunbury y cómo le canta el pueblo esta canción al aragonés! Y es que él se siente así: ciudadano del mundo.
La primera vez que vi a Bunbury en directo fue en 2012, en Sevilla. Fue en el Palacio de los Deportes de San Pablo.
Unos días atrás había suspendido dos conciertos de la gira para presentar su disco ‘Licenciado Cantinas’, por una afonía. Pero llegó a tiempo a la cita con Sevilla.
Hasta aquella fría noche de diciembre para mí Bunbury había sido siempre la voz de Héroes del Silencio. Una de las mejores bandas de música españolas, que en su reencuentro en 2007 ‘reventó’ el aforo del Estadio de la Cartuja: 100.000 personas. Eso sólo lo he visto con U2 y fue en el Nou Camp de Barcelona (2009).
Pero después de aquel concierto de Sevilla, digamos que Bunbury cobró personalidad propia para mí. Apenas había seguido su carrera en solitario. Nunca lo había visto actuar en directo. Y aquella noche me convertí en fan.
Sobre el escenario vi más que un cantante, una voz poderosa y una forma de moverse, cuanto menos, diferente. Pensé que si algunos intentaban hacer esos escorzos, caerían en el más espantoso de los ridículos. Pero a Bunbury, hasta su particular indumentaria le sentaba bien. Todo rodeado de una iconografía, que recordaba a sus tiempos de ‘Hérores’. Y él, en su salsa. Cantanto con el público y el público con él. Ahí noté que el tipo transmitía y hacía sentir.
Enrique contaba, cuenta, con una legión de seguidores entre el público. Ves sus caras y observas algo especial. No sólo lo admiran, lo adoran. Lo aman.
A mi lado había una chica mexicana que se sabía todas sus canciones y las cantaba emocionada. Miraba a Bunbury como si fuera de otro planeta. Si aterriza en un escenario con un ovni encima, lo puedes llegar a pensar… En América es un verdadero ídolo. En su país de nacimiento, la crítica no siempre lo trató tan bien…
Pero su prodigiosa voz te llega y las letras de sus canciones, también. Es músico, cantante, compositor y ‘showman’. Su concierto fue un verdadero espectáculo. Estaba por encima de la mala acústica del Palacio de los Deportes, que no es una sala de conciertos. Pero eso para Enrique Bunbury no es un problema. ¿Y decían que estaba afónico?
Meses después, dejamos el frío por el calor -ni mucho menos el de Sevilla- de Cádiz. Un lugar tan emblemático como el Castillo de San Sebastián, en medio del Océano Atlántico y mirando a la playa de La Caleta… Fue el idílico lugar escogido por Bunbury para su concierto (2013).
A diferencia del Palacio de los Deportes de Sevilla, me encontraba en un escenario abierto, aunque rodeado de altos muros. Todos ‘derribados’ por su poderosa y talentosa voz. Hay pocos músicos que canten tan bien y tan fuerte como Enrique Bunbury. Le sobra hasta el micrófono… ‘Avalancha’ es, probablemente, el mejor ejemplo de hasta donde pueden vibrar sus cuerdas vocales.
Y un año después (2014), anunciaba su despedida de los escenarios por un tiempo indefinido. Volvíamos al invierno, 18 de diciembre. Misma ciudad, Sevilla; mismo escenario: el Palacio de los Deportes. Misma expectación o aún más, si cabe… Bunbury decía adiós. Había muchas voces incrédulas, que no podían ni querían creérselo.
Menos de 20 meses después, Bunbury regresa a España para iniciar una nueva gira. Arrancará este jueves en Córdoba, donde actuará por primera vez en el Festival Internacional de la Guitarra, en un escenario espectacular como es el Teatro de la Axerquía. El mismo lugar donde hace un año hacía su aparición el mismísimo Bob Dylan. Nada más y nada menos. Palabras mayores…
El zaragozano acaba de grabar el Unplugged ‘El libro de las Mutaciones’ para la cadena MTV, que da nombre a la gira que le traerá a España hasta el próximo 10 de septiembre. Bunbury celebra 30 años desde la grabación de su primer disco. Ha llovido desde su primera ‘mutación’…
Enrique, como le llaman cariñosamente sus fans en los conciertos, tiene un feeling especial con Cádiz. No en vano cuenta con una casa en el Puerto de Santa María y desde allí fue uno de los precursores del Festival de Música Independiente ‘Monkey Week’, que este otoño emigra después de 8 años y se instala en Sevilla.
En Cádiz dentro de dos semanas, ‘No sin Música’ contará con uno de los más grandes talentos que ha dado la música en nuestro país. Y que he tenido el gusto de ver, compartir y disfrutar hasta tres veces. Aunque todo se fue con el huracán…
Dice Bunbury:
“He seleccionado cuarenta canciones, pertenecientes a mis tres décadas en la profesión: 1986-96, con Héroes del Silencio, 1996-2006, con el Huracán Ambulante y 2006-2016, con los Santos Inocentes, aprox… Son, creo, las canciones más importantes, o las que más me han importado, en todo este tiempo. Por supuesto, todas las canciones, tendrán arreglos acordes a mi sentir actual, a mi forma de entender la música y a mi forma de pensar.
¿Es una gira Unplugged? No te creas todo lo que te cuentan. ¡Siempre hemos tocado enchufados a la red eléctrica! El disco es el disco, pero cuando apaguen las luces y anuncien el inicio de la función, no respondo ni por mí, ni por mis compañeros. Tocaremos en festivales y nos ajustaremos a sus horarios, pero prometemos darles su merecido cada noche. También tocaremos en auditorios, donde el tiempo se estirará y nos entregaremos al éxtasis y al placer extremo de intentar otorgarles unos instantes de felicidad”.
Gracias por 30 años de apoyo, cariño y respeto.
Bunbury en No Sin Música. Festival de Cádiz
23 de julio de 2016, a las 22,00 horas
Muelle del Puerto de Cádiz