La Extravagante: “La Alameda tiene ya poco de cultura alternativa”

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Casi de forma fortuita entrevistamos a Maite, propietaria de la librería La Extravagante, obligada a cerrar después de ocho años siendo un referente cultural. El elevado precio del alquiler en una zona de moda, acabó con las ilusiones de sus promotores. 

Cartel que reza: “La Extravagante ha muerto. Larga vida a los extravagantes”.

Las 2 sevillas (L2S): ¿Qué le ha ocurrido a La Extravagante para echar el cierre?

Maite (M): Pues es la vieja historia de una librería que no resiste el envite económico de las ofertas de la zona y se ve obligada a cerrar.

Hemos luchado creando plataformas, empatía… Siempre innovando. Pero en el alquiler hay poco que negociar; y más en una zona de moda.

El proyecto siempre nos ha retribuido, no sólo económicamente. Pero cuándo te triplican el alquiler, no puedes hacer nada.

Esquina de La Alameda de Hércules, donde se encontraba la librería.

 

L2S: Ese es el motivo principal, la subida del precio del alquiler…

M: Es el único que nos obliga a cerrar. Nosotros además de libreros somos emprendedores. Hemos luchado hasta donde hemos podido, de ahí el cierre y el lema del escaparate: “La Extravagante, ha muerto”.

Pero también la segunda parte, “larga vida a los extravagantes”. Los libreros están buscando nuevos proyectos para fomentar la cultura y la lectura del libro como algo sostenible; que se pueda vivir de ello.

Una viabilidad no sólo económica para la plataforma de amigos, conseguidores, mecenas y todos los que han colaborado con este proyecto. Ahora depende de nuestras capacidades, aunque estoy segura que se escribirá algo bonito.

Somos cabezones y vamos a seguir pelando… Hoy ‘celebramos’ el cierre de un proyecto ilusionante y emocionante durante ocho años, y muy innovador. Sin haber tenido pretensión inicial, se ha convertido en una referencia. Y eso es digno de celebrar.

L2S: ¿Cuándo empezáis a pensar que vais a cerrar?

M: La zona de la Alameda tiene poco ya de Cultura alternativa. Quedan los habitantes de la Alameda, que sí son gente que le importa la Cultura.

Pero ha venido una masa de visitantes que buscan ocio y copas, que es muy lícito por otra parte. El precio del alquiler se dispara y no podemos hacerle frente.

L2S: Y después de La Extravagante, ¿qué?

M: Te puedo contar poco hasta hoy. Hemos cerrado cuando nos pedían. El apoyo de la gente nos motiva, pero no sabemos si podremos o no seguir.

Por un lado, la reacción de la gente es negativa por la sorpresa del anuncio; y es positiva por las numerosas muestras de cariño, que nos hacen seguir peleando por continuar.

Cómo se fraguó esta entrevista

Es un defecto que tenemos, en general, los periodistas… Nos puede el ánsia por la noticia o por lo noticiable.

En este sentido, he de reconocer que el anuncio del cierre de la librería ‘La Extravagante’, me cortó el cuerpo. Tenía abierto Facebook y me encontré un sorprendente post.

Último día del mes de enero. Hacia las 19,00 horas, desde la librería se convocaba al público a una fiesta. Una fiesta de un cierre. Hay que ser extravagante, pensé.

Y la curiosidad me movió hasta el número 33 de La Alameda de Hércules, a poca distancia de mi casa. Incrédulo. El cierre de esta librería suponía mucho más…

Lo primero que me encontré fue una especie de lápida funeraria en el cristal de la entrada. ‘La Extravagante, ha muerto. Larga vida a los extravagantes’. Estaba enmarcada simulando un sobre de correos.

Ufff… Pensé si entrar o no. Extravagantes pero originales, me dije. Y entré.

Allí me encontré una librería vacía. No hay cosa más triste. Es una imagen que me conmovió. Una librería sin libros… Y cajas de cartón que los contenían.

Pregunté por Maite, la librera. La que había visto otras veces aconsejando a la gente qué libro comprar. Apareció. Su cara reflejaba tristeza, a pesar de que amigos y familiares se acercaban a consolarla. Besos y muchos abrazos.

Hay que ser humano antes que periodista, así que decidí respetar el espacio. Con educación, me acerqué y me presenté. Le dije que si era un buen momento para hablar con ella. Yo sabía que no lo era.

Ese cartel de la entrada me perseguía… ¿Cómo va a querer hablar? Pero me dijo: “Córtame, porque como me ponga a hablar no paro…”. Y salimos a la calle, frente al mensaje funerario… Y encendí la grabadora.

Quiero agradecerle desde aquí que se parara a hablar conmigo y me dedicara esos seis minutos de su tiempo, en un día tan difícil para ella. Y le deseo todo lo mejor, viaje donde viaje.

Esa librería iba más allá de un espacio donde almacenar libros. Había personas que te facilitaban la vida cuando querías comprar uno.

Entrevista de Fernando Chacón

Fotos: Las 2 sevillas

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