La Boîte: “Intento que mi trabajo fluya, que sea intuitivo. Lo que busco es disfrutar”

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Entrevista a Teresa Aranda, pintora

Por Juan Antonio Hidalgo

 

Después de una trayectoria multidisciplinar, Teresa Aranda (Sevilla, 1986), licenciada en Bellas Artes, Máster en Diseño Gráfico, profesora del centro universitario San Isidoro y de la Escuela de Diseño CEADE Leonardo, se mete de lleno en un nuevo proyecto creativo al que ha llamado La Boîte. Charlamos con ella distendidamente, con un café por delante.

La pintora sevillana, Teresa Aranda, impulsora del proyecto creativo La Boîte.

¿Cómo fue tu acercamiento al arte, el origen de la pasión por la pintura?

– Pues creo que, en realidad como todo el de todo el mundo, ¿no? En tu casa… con tus colores, muy pequeña… De repente alguien te alaba, y percibes ese “oye, lo haces bien”, y te sientes grande, y sigues haciéndolo. Creo que fue algo intuitivo, que además se me daba bien de forma innata, y como tenía facilidad para ello y tenía dificultad para otras muchísimas cosas (risas), pues dije ‘esto es lo mío, claramente’. Además, te contaré que tengo algún dibujo hecho con ceras, guardado en casa, que merece la pena ver y que hice con unos seis años.

‘Sleep’.

Entonces, ¿empezaste a pintar muy joven?

– Sí… bueno, no lo llamaría ‘pintar’ porque no era algo sistemático ni estructurado. Era… una distracción. Igual que había niños que preferían jugar al fútbol, yo prefería quedarme en mi cuarto dibujando y me lo pasaba bien con eso, haciendo mis muñequitos…

Y considerándolo tú misma, no como una distracción sino ya como un proceso artístico…

(Lo piensa) Pues… los primeros intentos fueron en el bachillerato de arte, porque ahí la decisión de empezar mi carrera y formación artística, estaba tomada.

Juanjo Sáez, en su libro El Arte, conversaciones imaginarias con mi madre tiene un fragmento en el que explica cómo entró en la burbuja de la Massana, que era la escuela de arte; y cómo él, ahí dentro, descubrió a gente que era como él.

Pues a mí me pasó algo parecido, conocí a gente con las mismas inquietudes e intereses, hice amigos de por vida y actuales colegas artistas a los que admiro, que están emprendiendo sus proyectos y que me han acompañado durante muchísimo tiempo. Y creo que fue en ese momento en el que pensé ‘tengo que pintar, tengo que hacer esto’, e intentar experimentar para definirme que, al final, es lo que buscamos todos los artistas. Definirnos o huir de la definición. En mi caso, definirnos.

‘Teresa’, autoretrato.

¿Recuerdas tu primera obra, la que puedas llamar tu primera obra?

¿Mi primera obra?… Siempre fueron retratos, creo. Probablemente una serie de retratos con aguatinta. Considero obra a algo que es medianamente continuado, si es algo exento, sin una profundidad, lo considero como bocetos, apuntes… lo que sea.

Recuerdo ir a los ensayos de unos amigos que tenían un grupo, me sentaba en un sillón y me pasaba dibujando las horas. Y realmente, creo que ese fue el momento en el que empecé a mejorar técnicamente.

Dibujaba de forma continuada, era algo rutinario. Entonces, al crear esa rutina era un entrenamiento de mente-mano-ojo. De hecho los conservo, son horribles, no se los enseñaré NUNCA a nadie, pero los guardo porque le tengo mucho aprecio a esos momentos.

 

Y ahora, después de todos estos años, digamos, investigando con distintas técnicas te embarcas en el proyecto de La Boîte. ¿Cómo surge la idea?

La Boîte surge porque fui a montar un porfolio y me encontré con que no tenía nada, qué vergüenza, jajaja, tengo que hacerme la web y cuando fui a construirla vi que realmente no tenía un material que siguiera una línea coherente, tenía mucho material muy disperso, muy poco conexo, experimental. Que sí, que todo tenía más o menos mi sello, pero no le veía una estabilidad como producto conjunto. Entonces dije ‘no tengo marca, no tengo nombre, no existo’… Decidí existir y unificarlo todo como La Boîte. En francés significa la caja. Y eso es, un contenedor de material.

‘Truepea’.

¿Cuánto ha sido el tiempo máximo que has trabajado en una obra?

– Uf… Pues no sabría decirte. Puedo llevarme de 9 a 2 de la mañana sin parar con una pintura, ni para comer. Y además, con tres o cuatro canciones sonando en bucle. Y después llevarme dos o tres días sin volver a tocar esa obra. Pero yo diría que el tiempo máximo que he estado con una ha sido un mes.

¿Qué estilos y movimientos se ven reflejados en tu pintura?

– Es que hoy en día hablar de estilos, no sé… Me ha influenciado el cómic, mi dibujo empieza siendo muy esquemático, mucho apunte a lápiz, con la sombra muy poco trabajada. Después, durante la carrera empiezo a trabajar mucho más la pintura como mancha y me encanta. Ahora lo que hago es un híbrido entre las dos cosas. Pero no lo tengo estudiado, intento que fluya, que sea intuitivo, visceral, libre.

Lo hago disfrutando, porque lo que busco con esto es pasar un buen rato mientras lo hago. Creo que es un lujo cuando encuentras algo que se te da bien y te funciona, me gusta ilustrar, retratar, crear espacios y al final, cuando veo  el resultado, me siento satisfecha.

No tengo una influencia clara y directa de ningún movimiento. Lo que me inspiró a trabajar en el tema de los retratos fue esta nueva oleada de ilustradores mainstream, que ahora funcionan mucho en las redes y que conectan muy bien a nivel de publicaciones, que son Conrad Rosset, Paula Bonet. Todos ellos trabajan mezclando algo que me interesa, lo digital con lo plástico.

Entonces, el proyecto La Boîte se centra básicamente en retratos, es la idea…

– La Boîte ha empezado como retratos por aquello que te comentaba antes de tener la necesidad de mantener una serie, por que lleva todo el mismo tono, por unificar. No es realmente que vaya a trabajar siempre sobre esa línea, sino que he querido crear identidad y me he obligado a mantener una unidad para consolidarla. ‘Obligarme’ a generar material coherente, ese material está ahí, solo me falta estructurarlo y componerlo. He tenido un momento Marie Kondo en mi ilustración.

Pretendes que haya varias etapas en la trayectoria de La Boîte.

– Sí. De hecho, cuando concluya la construcción de la web y se lance habrá diferentes secciones, unas estarán más enfocadas a editorial, otras contendrán proyectos más personales y  habrá comisiones con diferentes marcas, proyectos colaborativos…

‘Stripe Pajamas’.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades que te has encontrado en el camino hasta ahora o para crear este nuevo proyecto?

– Uno de los hándicaps más grande que me he encontrado es el factor tiempo. Es muy complicado centrar todo tu tiempo en una sola actividad, la realidad es que tienes que fragmentar tu tiempo, tienes que trabajar, tienes que desarrollar tus proyectos, conciliar tu vida laboral, familiar y desarrollar proyectos, escribir artículos.

Actualmente tengo la suerte de trabajar en algo que me apasiona, y divido mi tiempo lo más equitativamente posible, aunque muchas veces veo la necesidad de que el día tenga más de 24 horas, y tienes que encontrar ese hueco para hacer realidad tus metas. Y con este proyecto yo lo que quería es buscar un poco eso.

Siempre he tenido claro que me gustaría ilustrar libros, probablemente infantiles, de adolescentes, o incluso adultos. Ahora mismo hay un mercado genial, se ven libros tan bonitos, y se editan por todo el mundo. Y a mí me gustaría hacer exactamente eso. Me gustaría ilustrar libros.

Aunque eso es muy específico, y no me gustaría cerrarme exclusivamente al mundo editorial. Creo que una ilustración tiene muchísimas proyecciones, a nivel físico, y me gustaría poder probar el máximo número de técnicas en el número máximo de soportes. A ver qué sale.

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