Concierto en favor de los refugiados en Sevilla
Organizado por Sofar Sounds Sevilla / Amnistía Internacional
Testigo directo: Mónica Niño Romero
Foto de portada: Ángel Bernabéu Fotografía (Sofar Sounds Sevilla)

Con sonido de música, flamenco y letras, nos hicieron saltar las tuercas de la conciencia porque España ha acogido apenas el 11% de las personas refugiadas, que se había comprometido hacía dos años como país perteneciente a la Unión Europea, de los 17.337 en total.
Si querían ponerle un envoltorio bonito a este escandaloso mensaje sobre la falta de solidaridad, lo consiguieron el grupo Maga, la cantante flamenca Rocío Márquez y el veterano Kiko Veneno, en el escenario de la Fundación Tres Culturas, como símbolo de crisol de culturas.
Bajo la organización de Sofar Sevilla, una peculiar corriente cultural internacional, que organiza eventos musicales en formatos íntimos, condujo sin remedio a un centenar de personas, que disfrutaron de una variedad selecta de las tres formaciones musicales.

Entregados a la causa promovida por Amnistía Internacional, abrieron boca el grupo indie sevillano Maga, con un sonido encantador y fresco. Comenzaron el concierto envolviendo a los asistentes con sus letras limpias y ensoñadoras para ser conscientes del motivo del encuentro.
Miguel Rivera, el solista, no dejó pasar la ocasión para poner voz a las miles de personas en esta situación. Tras ellos, tomó la palabra una representante de Amnistía Internacional para manifestar el objetivo de estos conciertos, movilizar a la presión pública sobre los gobiernos para dar la bienvenida a las personas refugiadas.

El duende llegó con la presencia de Rocío Márquez y su guitarrista, Miguel Ángel Cortés. Como dicen los expertos en flamenco, hay quienes saben cantar flamenco y quienes saben y tienen pellizco, y la voz de la onubense es de éstas, llegando a los mas profundo de todo el aforo. Maravillosa y plena, cantó tangos y una seguiriya, con todo el arte de su voz apabullante.
La guitarra le hizo el compás magistralmente, con mucho sentir y maestría.
Cortés deslumbraba con sus mechones tintados, a lado de la cantaora, que inundaba, con todo su cante, los corazones de estos refugiados simbólicos de la metafórica embajada, fusión de culturas.

El remate llegó con Kiko Veneno, mensajero de la Mala Suerte, tema que nos erizaba en nuestra cómoda silla los pensamientos de un primer mundo sordo y discapacitado en la empatía solidaria. Con todo su ingenio, sin adornos, llenaba el escenario con su punteo y voz de emisario, del mensajero de malas noticias, que da caña a los gobiernos incumplidores.
Mientras la cúpula movible de la Fundación Tres Culturas nos hacía ver el cielo oscuro sevillano, para adentrarnos en una tímida esperanza de sosiego, Maga, Rocío Márquez y Kiko Veneno cantaron La leyenda del tiempo. Rememorando a Camarón, la imagen era tan consistente como el compromiso de los 1.000 artistas, que han participado en otras tantas ciudades en 300 conciertos por todo el mundo para pedir “Dales un hogar” y en las redes sociales con la etiqueta #Giveahome.
A lo largo de 60 países, Amnistía Internacional, con el apoyo musical de Sofar Sounds (Songs from a Room),ha organizado esta campaña para recordar el drama de las personas refugiadas.
El asilo humanitario es una práctica para aceptar en suelo de algunos países a inmigrantes y personas en peligro por causas bélicas, religiosas, etc. Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), 65,6 millones de personas se encontraban desplazadas en 2016. En España, el llamamiento de solidaridad se ha llevado a cabo en Madrid, Barcelona, Murcia, Sevilla, Gran Canaria.
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