25 años de la EXPO’92, el salto a la modernidad

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Testigo directo: Fernando Chacón

Fundador y Director de Las 2 sevillas

La Exposición Universal de Sevilla, la Expo’92, cumple 25 años. Un 20 de abril de 1992, Sevilla abrió sus puertas al mundo con un evento que la transformó. Ahora, una exposición en el Pabellón de la Navegación recordará aquella ciudad de los prodigios.

Vista general y nocturna del recinto de la Expo’92.
Uno de los carteles de la Expo’92, con la mascota Curro.

Los que pasamos de los 40, tenemos muy presente hoy día la Exposición Universal de 1992 en Sevilla. Recuerdos, muchos, y nostalgia, también.

La Expo92 transformó una ciudad que no se atrevía a dar ese ‘salto’ hacia la modernidad. Sevilla cogió el tren a tiempo. La alta velocidad se instaló con la llegada del AVE y la capital de Andalucía ya no volvió a ser la misma.

Recuerdo aquella mañana del 20 de abril de 1992. Estaba lejos de Sevilla, estudiando en la universidad. En la televisión aparecían los Reyes junto a un gran número de autoridades que, por supuesto, no se iban a perder la foto.

Probablemente ninguno de ellos en aquel momento podían pensar en la trascendencia de aquellas instantáneas.

Vista aérea del descampado que hasta ese momento era la Isla de la Cartuja.

Como de la nada vi levantarse una ciudad en la Isla de la Cartuja. Hasta entonces, un descampado habitado por el Monasterio de las Cuevas y las chimeneas con la que se fabricaba la famosa cerámica.

Subía a la azotea de mi casa, desde donde divisaba perfectamente la transformación del paisaje.

Por aquel entonces, nadie podía presagiar lo que iba a significar ese magno evento. De hecho, pocos entendían que significaba aquella exposición universal.

Lo cierto y verdadero es que más de 40 millones de personas procedentes de todo el mundo visitaron la Expo’92 en seis meses.

Por aquel entonces, prácticamente la población completa de España. Un récord absoluto comparado con los números de las exposiciones universales celebradas hasta entonces. Ya sólo por eso, el evento fue un éxito.

La repercusión de la Expo sorprendió a propios y a extraños. Esa masa de gente llegando a Sevilla todos los días… ¡Qué estaba pasando! Durante 6 meses, la población se trasladó del centro histórico a la Cartuja. No había ni un alma en la ciudad. Todos estaban y algunos casi vivíamos en la Expo.

Recuerdo cuando pisé por primera vez aquel recinto. Todo era nuevo, reluciente. El suelo era distinto… La sensación era de estar en una ciudad del futuro.

Allí se levantaron más de un centenar de pabellones que representaban a todos los países participantes. Una amalgama de culturas…

Imagen del Pabellón de España.
Vista aérea del lago donde estaban situados los pabellones autonómicos.

El Pabellón de España. Ese enorme cubo blanco que aglutinaba a su alrededor a todos los pabellones autonómicos en torno a un enorme lago. Parecía increíble, mágico. Se había levantado una ciudad nueva al otro lado del río Guadalquivir. Y la gente se había ido a vivir allí.

Con 20 años vivir una experiencia como aquella con tus amigos se queda grabado para siempre en tu mente.

Recuerdo aquellos conciertos en la plaza Sony, con aquella enorme pantalla llamada Jumbotrón. El bar del pabellón de Australia, el ‘Kangaroo’, que un buen día se cerró porque al parecer el dueño se llevó la recaudación. Se hizo de oro, porque aquel ‘chiringuito’ de madera fue uno de los lugares más frecuentados y concurridos. Parecía la ONU.

Vista aérea de los pabellones, que representaban a los países participantes.

La visita a los pabellones… El de Japón, hecho en madera; el de Chile, con su enorme iceberg dentro; el de la Navegación; el de Marruecos, el de Canadá, el de Inglaterra, Francia, Italia, Estados Unidos, Hungría, Europa… Me encantó el de Navarra.

Muchos de ellos son hoy día sedes de empresas, dentro del Parque Tecnológico de la Cartuja. Por cierto, aquel proyecto de Cartuja 93 tardó más de 10 años en empezar a ver cierta luz.

Por la Expo te podías mover a pie, pero también podías utilizar el monorrail en altura y el teleférico para cruzar de punta a punta el recinto.

Parecía una ciudad futurista sacada de la imaginación de Steven Spealberg. Y no habíamos llegado al siglo XXI.

Estado de abandono de la Avenida de los Descubrimientos.

Pero recuerdo 1995, tres años después del final de la Expo, caminando por aquel recinto abandonado y con matojos que superaban el metro de altura. Era una imagen bastante triste después de haber vivido aquellos momentos mágicos.

Afortunadamente eso ha cambiado y ahora el lugar donde se levantó la ciudad universal es la sede de muchas empresas.

Sin embargo, 25 años después aquel proyecto llamado ‘Cartuja 93’ de un Parque Empresarial Tecnológico tras la exposición, no está completamente desarrollado.

Sí es cierto que la imagen de la Isla de la Cartuja se ha ido transformando con el paso de los años. Pero aún queda mucho por hacer.

Esto no quiere decir que no se haya hecho nada. El paisaje que presenta hoy la Isla de la Cartuja es muy diferente al de 1993. También es cierto que ha pasado un cuarto de siglo, tiempo suficiente para que esa transformación hubiera sido mucho mayor.

En mi opinión, Barcelona aprovechó mucho mejor la celebración de los Juegos Olímpicos para un mayor desarrollo urbanístico y económico, que Sevilla con la Expo.

Pero que duda cabe que la modernidad se asentó en Sevilla a partir de ese histórico 1992.

Un símbolo de estos tiempos modernos es el primer rascacielos construido en la ciudad. Precisamente sobre la Cartuja se eleva a casi 200 metros de altura la Torre Sevilla, ‘enfrentada’ a la legendaria Giralda, hasta ese momento el edificio más alto en la urbe.

La construcción de la también llamada Torre Pelli, nombre del arquitecto argentino que la proyectó, no ha estado exenta de polémicas.

Muchas voces no veían bien que se levantara un edificio más alto que el antiguo alminar de Sevilla. Otra vez futuro contra tradición. También ocurrió con el Metrosol Parasol, las famosas Setas de la Encarnación. Ahora forma parte del paisaje urbano de la ciudad y ha terminado por entrar por los ojos a los sevillanos.

Incendio del Pabellón de los Descubrimientos.

El camino hacia la Expo’92 no fue nada fácil. Un par de meses antes de la inauguración se produjo un grave incendio, que dejó el Pabellón de los Descubrimientos pasto de las llamas. No se recuperó y parecía un mal presagio…

Hubo dificultades hasta días antes. Recuerdo como anécdota la mañana en que la mascota Curro saltaba encima de una de las Carabelas, que terminó por volcarse en el Guadalquivir.

Las infraestructuras, el mejor legado

En primer término, el Puente de la Barqueta.

Quizás la herencia más importante que nos dejó la Expo’92 fueron las infraestructuras que se crearon.

La construcción de seis nuevos puentes supusieron una transformación sobresaliente en el paisaje de la ciudad. Sevilla pasó de tener tres pasarelas que cruzaban el río a nueve.

Y todo ello favoreció las comunicaciones. Como en el caso de la calle Torneo, que pasó de un carril por sentido de circulación a tres.

Desapareció aquel muro blanco repleto de grafitis que nos hizo ver por primera vez desde la carretera el Guadalquivir. A mí me gustaba ver esa pared de tres kilómetros, donde cada uno hacía sus pinitos…

Y para transformación, la SE-30 que permitía circundar Sevilla sin semáforos. Hoy día se hacen necesarias más circunvalaciones de ese tipo, porque el tráfico de la ciudad es espantoso.

Dos AVE en la Estación de Santa Justa.

Pero en este apartado de las infraestructuras no podemos olvidar el mejor invento creado por el hombre en España y que ha revolucionado el transporte en el país.

La Alta Velocidad en forma del tren AVE nos hizo ‘volar’ de Sevilla a Madrid y a la inversa en menos de tres horas. Un trayecto que en coche alcanzaba las seis.

Para mí es el mejor legado que nos dejó la Exposición Universal de 1992. El AVE cambió las comunicaciones y la forma de viajar. De hecho, a partir de entonces y con el paso de los años, el vuelo Sevilla-Madrid-Sevilla se convirtió en residual, hasta desaparecer.

En Andalucía, ciudades como Córdoba y Málaga han visto potenciado su turismo gracias a la llegada del AVE.

Por supuesto, la Autovía A-92. Aunque al poco tiempo se confirmó que fue una obra mal realizada, fruto de las prisas por tenerla acabada antes de la inauguración de la muestra. Pero redujo las distancias entre Sevilla y la parte oriental de la comunidad autónoma. Hay que quedarse con lo positivo…

Sevilla y la Expo. Una pareja bien avenida que llega ahora a sus bodas de plata. 25 años de aquéllo… Parece mentira.

Para celebrar esta onomástica se ha constituido una comisión especial encargada de los actos que nos recordarán a los sevillanos aquel magno evento. Veremos el pasado y echaremos una mirada al futuro.

Vista del Pabellón de la Navegación, sede de la Expo92-25 aniversario.

El Pabellón de la Navegación, el favorito de los sevillanos, recobrará su esplendor con una exposición que comienza el 20 de abril y que acabará el 12 de octubre. El mismo periodo que duró la Expo.

Volverán a formarse largas colas para recordarnos cómo cambió la ciudad en aquel mágico 1992. Y con ello, las vidas de todos.

La portada de la próxima Feria de Abril también está dedicada a los 25 años de la exposición universal.

Hubo un antes y un después de la Expo. Sevilla mostró al mundo la mejor de sus caras. Luego vino Barcelona con sus Juegos Olímpicos, que apenas duraron un mes, y que parece que hicieron más ruido mediático.

Teleféricos sobrevolando el recinto de la Expo’92.

Pero Sevilla fue primero. Y duró medio año. Seis meses que convirtieron aquel sueño en una realidad de la que todos los sevillanos nos sentimos orgullosos. Donde todos fuimos a una. Hecho que pocas veces sucede…

Sólo por eso, este 20 de abril debemos felicitarnos todos y agradecer a quienes hicieron posible que aquel mágico evento se celebrara en Sevilla. Fui testigo del mayor acontecimiento organizado nunca en mi ciudad hasta la fecha, al margen de la Exposición Iberoamericana de 1929. Por entonces no estaba en este mundo…

Sevilla se mostró al mundo y transmitió por primera vez una imagen de modernidad, insólita hasta aquel mágico 1992. Celebrémoslo como se merece.

¡Feliz 25 aniversario Expo’92!

Toda la programación de Expo’92 25 aniversario.

Cartel de la exposición que conmemora el 25 aniversario de la Expo’92.

Exposición 25 aniversario de la Expo’92

Lugar: Pabellón de la Navegación. Isla de la Cartuja

Del 20 de abril al 12 de octubre de 2017

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